martes, 5 de febrero de 2008

R.I.P

Potito, Culo, Pedro Ibañez: se me hace dificil escribir unas lineas para ti, los dos sabemos que quizás nuestro trato fue mayor en básica y muy regularmente en uno que otro carrete en los que usualmente nos encontramos. La última vez que te vi fue en eso, carreteando; nos abrazamos y comentamos cosas de antaño, conversamos de cosas del momento y me buscaste un vaso. Fue la última imagen, Potito conversandome, haciendonos reir. Tú en lo tuyo, en lo del resto.
Él, a rasgos grandes era reconocido (leáse literal) como una persona chistosa, agradable y cuando tomaba en exceso, era un poco tierra, peleador. A pesar de esto, él no le hacía daño a nadie, él escuchaba sus villeras y las disfrutaba como ninguno, hacía reír siempre, es y fue querido/amado por muchos.

Sigo sin entender como es que alguien tan joven ha dejado la tierra, lleno de sueños, de vida y con tantas historias que vivir. Que son 16 años y peor aun, quien fue él para decidir que tú dejes de existir. Mi cabeza no ha dejado de pensar en eso ¿Como es que alguien decide por ti cuando debes morir? ¿Como hay personas tan inconcientes e hirientes para cometer un "accidente" (porque deberías estar aquí) de ese tipo?
Me ha costado asimilar todo esto; por lo general estamos acostumbrados a ver la muerte en personas adultas, mayores, pero descartamos completamente que nosotros o cualquiera que sea menor sufra algún encuentro con la muerte.
Es raro, pero la muerte es eso: un suceso extraño, inexorable e inexplicable.

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