Casualidad...

Ayer me venía caminando a mi casa, escuchaba música y miraba el piso, sentí gente (en dirección contraria a mí), levanté la cabeza, eran tres chicos que deberían tener diecisiete, dieciocho y diecinueve años de edad, dos de ellos se adelantaron y el chico más alto quedó se fue quedando atrás. Él medía un metro setenta y cinco apróximadamente, tenía la piel blanca, pelo castaño, corto, ojos pardos (o eso puede distinguir con los postes y luz de luna) y vestía jeans con una polera blanca, rara. Bajé la cabeza otra vez, luego me di cuenta de que él se había detenido en frente de mí, me detuve, lo mire, sonrió y continuamos.
En ese instante, al verlo, sentí una sensación extraña (no de "amor a primera vista", ni algo parecido), él me trajo recuerdos, de personas, cosas, olores y sueños.
A pesar de que ésta ciudad es pequeña, nunca lo había visto.
Quise volver a verlo -quizás ahora se me hacía conocido-, pero cuando me di vuelta ya no estaba, pero mi curiosidad por saber quién era tal chico, aún no se iba.
Suena tonto, yo sé, pero mis ideas y supuestos son demasiado extraños como para pensar que era cualquier cosa. No era casualidad, no era cualquier persona, lo sé.
Y no, no es algo romántico, es otra cosa, no es de eso, es extraño.