Francisco
Él no es como cualquier niño de 9 años, me imagino. Él no quiere crecer y no le gusta celebrar sus cumpleaños. A veces se cree oruga, inventa palabras extrañas, habla con "su propio español", se demora varios días en comer chocolate (para que se le acabe) y cree que su vida es un juego de PSX. Evoluciona, pasa etapas, mata enemigos. Pero, no le pregunten por el colegio.
Hoy 20 de abril (en realidad ya es 21) cumplió 9 años y me cuesta aceptar que éste niñito, que hace algún y casi poco tiempo atrás, gateaba y lloraba, caminaba y botaba todo, hablaba y sólo por su minúscula boquita y con un léxico a veces incomprensible, sólo se le salían palabrotas.
Es que ver crecer a la gente de tu entorno, cuesta.
Quizás, es sólo mi melancolía por ver pasar el tiempo tan rápido y sentir que no estoy valorando las cosas como creo que debería ser.
Una imagen excesivamente feliz y me gusta.