domingo, 20 de enero de 2008

Paseo Guabún

Típico, siempre conoces más el resto de tu país que tu ciudad y/o alrededores; yo no conocía Guabún (así como me falta conocer practicamente toda la isla), y bueno, es una especie de pueblito o quizás sólo sector rural, que posee un par de casas, una posta, un colegio, campo, más campo y una playa con muchas dunas de arena, olas gigantescas, agua heladisíma, pero por sobre todo paisajes hermosos, miles de estrellas de mar, piedrecitas de colores, un viento insuperable y un pozo donde puedes sacar agua potable.
Acabo de llegar de donde les hablo, fui con Gabriela, Katherine, Annie, Daniela y su familia entre otros amigos de ésta. Llegamos el sábado y nos quedamos en una cabaña en la playa. Nuestra primera y principal intención era acampar por el campo, pero la encargada de llevar carpa se ha olvidado de revisarla y los fierros no estaban. Fracaso. En nuestras caras se noto un desánimo general que costó un poco echar fuera, porque entre disfrutar la naturaleza, estar con amigas y cagarse de la risa toda la noche y estar en cabaña durmiendo en cuatro paredes como -normalmente- todos los días. Osea, la idea era hacer algo nuevo, pero no se pudo y había que pasarlo bien de todos modos.
Comimos como cerditas toda la tarde, jugamos cartas, caminamos cuesta arriba al rededor de cuarenta y cinco minutos para subir un cerro donde se vería la vista de toda la playa, y donde se dice que por lo general los brujos van a hacer hechizos o cosas por el estilo. Isla mística, oscurecía y las películas de terror no dejaban de pasar por una que otra de nuestras cabecitas.
Cocinamos y comimos fideos a lo vegan, como las gemelas (Annie y Daniela) a la luz de las velas, porque la cabaña se encontraba ausente de luz y agua (nosé si Guabún es así, disculpen la ignorancia).
Un rato después hemos decidido hacer una fogata, creo que era media noche y cada leño que encontrábamos ha estado húmedo. ¡Bajón para las niñas otra vez! ¿Cómo era posible que la fogata n o resultara? Lo intentamos mil veces y nada, pero siempre hay una solución, quizás escondida, pero hay; así que fuimos a el sector donde "la familia" había hecho la parrillada, aún quedaban brasas y carbón había de sobra. Fue un chiste, seguramente es la fogata más indigna que hayas leído, pero fuimos felices al verla aunque sea media o una hora (porque no ha durado más).
Entramos a la cabaña y pasó algo que personalmente no me esperaba, compartir con los de la familia y los amigos de ellos y pasarlo bien hasta las seis de la mañana. ¡Chiquis! su familia, es una locura.
Risas, tallas fomes, risas, diferencias de opinión,discusiones, risa, tolerancia, SONRISAS.


Annie y Gabriela

La cabaña desde la ventana

Daniela y Kathy

El mar recogiéndose

Camino a buscar agua al río

Camino del río

Agua :D


Annie
y Kathy


Daniela
y yo

Yo y Annie
(por si no se han dado cuenta, todo el tiempo ha sido de izquierda a derecha)


A lo lejos...Annie, yo y Kathy


El cerro que tuvimos que subir con vista envidiable.



La fogata de parrilada y la luz azul, supuestamente provocada por los brujos (?)



Al despertar, cartas: Karina, Kathy y el brazo de Gabriela.



Por último, la roca con muchisímas estrellas de mar, todas muy lindas y nosotras muy mojadas para llegar ahí :)

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