lunes, 23 de julio de 2007

Anestesia

El miércoles que pasó operaron a mi loco hermano de amigdalas y adenoides. ¡Oh! el primer desafío para el pequeño genio mutante de la casa.
Él estaba ansioso para que llegara el doctor con la camilla y le dijera ¡vamos!, no tenia miedo, no estaba ni ahí con todo el rato que ya lo habían hecho esperar. Imagínate, llegamos a las 10:30 (a.m) para que lo llevaran a la pieza donde iba a quedarse a las 11 a.m y resién lo operaran a las 14.45. Ahí descubrimos que era sólo para cobrar la pieza el día completo y no medio día, pero eso daba igual.
Llegó el doctor, lo subió en la camilla y mi madre se metió a pabellón para acompañarlo hasta que se quedara dormido con la anestesia, a los 5 minutos después, salió.
Nunca me había tocado presenciar algún tipo de operación que le hicieran a un familiar o persona cercana, porqué sabes qué? dejaré de lado las operaciones de hace 2 años de mi abuela, ya que, la clínica era tan buena que casi ni te hacía dudar, a pesar de los riesgos de toda operación. Aquí, en ese hospital, con las dos operaciones más comunes de todo el mundo, casi te quedas sin uñas.
Definitivamente me sorprendió todo el ambiente del hospital de esta ciudad, aún más cuando mi hermano salió de pabellón:
Lloraba como nunca lo habíamos visto llorar (ya de grande) y estaba más inquieto que de costumbre, se movía de lado a lado, de lado a lado, y los doctores brutalmente lo sostenían. Que escenario tan tétrico -pensé-, pero no, nos faltaba ver que vomitara y se le saliera el suero de su antes nopinchada manito.
El pecho apretado y los ojos brillantes ya eran inevitables para quienes lo veíamos. Anestesia para nosotros, ¡por favor!.
La falta de suero (con anestesia incluida) - que apropósito, nunca le volvieron a poner- le valió horas de sueño y su respectiva deshidratacion.
Se logró quedar dormido a las dos horas después y cuando abrió los ojos se encontró con su añorado helado de vainilla.
Ayer hablé con el y le pregunté que recordaba de tal funesto día y el me dijo: "Cuando llegamos, cuando me operaron y me pusieron la anestesia con sabor malo y cuando desperté con el helado".
Y, eso si era verdad, la anestesia los hace olvidarse de todo el momento malo (cuando despiertan), aunque me dijo que el suponía que había pasado algo y cree haberme visto triste cuando el se agitaba y lloraba después de la operación y que a él le dolía mucho.
Sí, en ese rato yo fui la primera en verlo y avisar. Es extraño, es como si su inconsciente recordara todo pero su consiente lo mantiene olvidado.

Concluimos nunca más llevar a alguien al hospital, se necesita una clínica urgente en Ancud.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nooo! es qúe no puedo creer que me hayas hecho ver las amigdalas!
Jaja!
Yo también lo único que quería era que me operaran al tiro! No aguantaba más de dolor ! jajaj
la wea..

es que no me imagino a tu hermano inquieto.. en serio xD
yahh! te kiero monga!
no vemos en 3 días más
muajajajja

chaleko! luv ya!

Anónimo dijo...

pa q kaxi la realidad ancuditana

>_>

saludos pa vo y pa pancho 2 XD

q esten bm ^^

soy el anonimo fiko XD